Infidelidad, es el rompimiento de un compromiso adquirido por voluntad propia y la deslealtad al convencimiento propio.
Yo solía soñar; en los peldaños de una escalera mi voz narraba historias que de haber llegado a ser interpretadas en las grandes pantallas, me hubiesen hecho merecedora de un Oscar, ni Julia Roberts hubiese podido encarnar con tal brío aquel personaje femenino que con una autentica belleza y aires de princesa encerraba en un nuevo esquema la palabra mujer. No era una mujer, era una Diosa, que en vez de tener el mundo bajo sus pies lo desliza entre sus manos y lo hacía rebotar tal como si fuese pelota de baloncesto.
Una mujer osada, ingeniosa, hábil, pero muy por encima de todo triunfadora y mas allá de lo notable humana. Pero no simple mortal que se conforma con desperdiciar el aire, humana en la interpretación completa de la palabra. Un ser con una entrega tan sensible a las necesidades humanas, que anhelaba no las comodidades de las riquezas, sino el poder que te otorgan las comodidades; pues la riqueza auténtica esta en seguir el ejemplo de Jesús y entender que todos somos ricos en este mundo, solo que las riquezas están mal repartidas.
Sí, quería tener mucho dinero, pero no para malgastarlos en un trapo que con solo una etiqueta se considera Couture, quería tener la dicha de mover influencias a favor de los más necesitados, en cierta forma nivelar el mundo.
Pero no se cambia el mundo parada sobre 75m² en los Jardines del Norte, ni utilizando tus talentos para publicar en Facebook. Sí, todavía quiero cambiar el mundo, mi temor es que el mundo me cambie a mí.
Yo solía soñar; en los peldaños de una escalera mi voz narraba historias que de haber llegado a ser interpretadas en las grandes pantallas, me hubiesen hecho merecedora de un Oscar, ni Julia Roberts hubiese podido encarnar con tal brío aquel personaje femenino que con una autentica belleza y aires de princesa encerraba en un nuevo esquema la palabra mujer. No era una mujer, era una Diosa, que en vez de tener el mundo bajo sus pies lo desliza entre sus manos y lo hacía rebotar tal como si fuese pelota de baloncesto.
Una mujer osada, ingeniosa, hábil, pero muy por encima de todo triunfadora y mas allá de lo notable humana. Pero no simple mortal que se conforma con desperdiciar el aire, humana en la interpretación completa de la palabra. Un ser con una entrega tan sensible a las necesidades humanas, que anhelaba no las comodidades de las riquezas, sino el poder que te otorgan las comodidades; pues la riqueza auténtica esta en seguir el ejemplo de Jesús y entender que todos somos ricos en este mundo, solo que las riquezas están mal repartidas.
Sí, quería tener mucho dinero, pero no para malgastarlos en un trapo que con solo una etiqueta se considera Couture, quería tener la dicha de mover influencias a favor de los más necesitados, en cierta forma nivelar el mundo.
